El viernes 15 de noviembre marcó un hito histórico para la ciudad de La Plata con la reinauguración de las campanas y el estreno del nuevo sistema de iluminación de la Catedral. Este emblemático evento, que reunió a autoridades, instituciones y cientos de vecinos, contó con el acompañamiento del Corredor Productivo Turístico Cultural Italia-Argentina (CPTCIA), que destacó la importancia de iniciativas que combinan tradición, innovación y comunidad.

Luego de 16 años, las campanas de la Catedral volvieron a sonar gracias a la restauración del campanario, que incluye un sistema automatizado capaz de reproducir 60 melodías. Además, el templo lució su nuevo sistema lumínico compuesto por 280 luces LED, diseñado para resaltar su riqueza arquitectónica y simbólica, transformando la imagen nocturna de este ícono neogótico.

El evento, presidido por Mons. Alberto Bochatey, OSA, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de La Plata, incluyó un espectáculo sinfónico al aire libre dirigido por el maestro Nicolás Sorín, quien presentó su obra Sinfonía Antártica. La multitud presente disfrutó de una velada que unió cultura, historia y comunidad en un marco único.

La Plata y su catedral tienen una profunda conexión con la inmigración italiana que marcó su historia desde 1883, cuando arribaron los primeros contingentes. Los italianos dejaron una huella imborrable en la vida social, cultural y económica. Además, su influencia se reflejó en la consolidación de la mayor concentración de instituciones italianas en la provincia de Buenos Aires, destacando su contribución al crecimiento y desarrollo de la región. Esto manifiesta las raíces italianas que tiene la ciudad de La Plata con más del 50% de sus habitantes de origen italiano. Este puente de raíces, un puente cultural y de historia se refleja en la Catedral de la ciudad, reconocida por El Vaticano como una de las 10 más importantes del mundo.

El Corredor Productivo, que promueve la integración entre Italia y Argentina en áreas como la producción, el turismo y la cultura, celebró este logro como un ejemplo de cómo la colaboración entre sectores públicos, privados y comunitarios puede resaltar el valor del patrimonio local y proyectarlo hacia el futuro.

La Catedral, ahora iluminada y resonante, se erige como un símbolo renovado de la identidad platense, reflejando el compromiso compartido con la preservación del patrimonio y la promoción de la cultura como motor de desarrollo.